lunes, 26 de diciembre de 2011


Redacción para principiantes: el manual sobre el ensayo

Este blog siempre ha tenido como objetivo orientar a profesores y alumnos en la escritura de ensayos breves, y fue el primer paso para un proyecto mayor: un manual sobre el ensayo, propósito que se ha concretizado con el libro titulado Redacción para principiantes (y para aquellos que quieren dejar de serlo). Y tal como se prometió en la introducción, ofrecemos a los interesados— especialmente a los docentes—, el acceso a los ejercicios que figuran en el libro. Con esto pretendemos facilitar la labor del profesor en la enseñanza de la escritura; solo siga los siguientes pasos:

1. Posicione el cursor sobre la direccción electrónica del tema deseado, y pique.
2. Sobre el extremo superior derecho aparecerán los datos del documentos; pique sobre la palabra Descargar.
3. Luego verá un ventanas con tres íconos (PDF, Word...); haga click sobre el formato deseado.
4. Después pique sobre la palabra Download Now (esta opción está en la misma ventana en la que aparece los íconos anteriores).
5. Aparecerá una ventana en la parte inferior; pique sobre Open (luego de esto debe de aparecer el archivo en el formato que se ha elegido).

Para bajar los archivos, es necesario tener una cuenta en Scribd (página en la que están «colgadas» los documentos).

Diez errores comunes y diez maneras de evitarlos

No son los únicos, pero son los menos evidentes. Los errores forman parte de nuestra naturaleza humana, y de ellos se aprenden; y aunque la lógica que se desprende de esta aseveración es falaz (a más errores, más se aprende), sirve conocer por qué caminos no transitar.

La redundancia
Se suele afirmar que en la repetición está el gusto; sin embargo, no siempre esta frase es bienvenida. Cuando escribimos debemos evitar, en lo posible, repetir innecesariamente las palabras. La redundancia, esto es, insistir en lo ya dicho, es un obstáculo necesario sortear para lograr la cohesión del texto. Este objetivo se cumple gracias a una serie de estrategias que estudiaremos en este capítulo.

Los relativos

Algunos lo utilizan, otros no. Dentro de quienes lo utilizan, están los que lo hacen mal o abusan de algunos de ellos (que, cual), y los que lo hacen bien (pero sin saber por qué prefieren un relativo y no otro). Los relativos, nexos que hablan por otros, no son términos desconocidos por nosotros; de hecho, los empleamos a cada momento; sin embargo, no siempre resulta claro cuándo emplear un que o un cual, cuándo colocar coma delante de un relativo o no.
http://es.scribd.com/doc/77133092

Los marcadores

Un texto no es resultado de una suma de proposiciones, sino de la conexión lógica que se establece entre estas; conexión que se refuerza por medio de los marcadores del discurso. Visto así, los marcadores del discurso —o llamados también conectores, enlaces extraoracionales, etc.— se entienden como señales o pistas que el escritor utiliza a fin de guiar el proceso comunicativo, y limitar las inferencias posibles que podría ocasionar su ausencia (Montolío, 2008: 109).
http://es.scribd.com/doc/77133650

Todo sobre los signos

Los signos de puntuación asumen la voz del locutor ausente en el texto escrito, y direccionan el sentido de una expresión. Así, los signos poseen un significado que el lector ideal debe decodificar; sin embargo, si el escritor desconoce este lenguaje, la información se interpreta
de distintas formas, según el signo utilizado y los elementos que vincula.
http://es.scribd.com/doc/77134541

La coma

No hay signo más complejo, odiado y caprichoso que la coma. Va donde muchos la evitarían, y se evita donde otros la colocarían. Se descalificaría escribir hombre con v, pero se dudaría ante un pero sin coma delante; y aunque muchos apelen al estilo del escritor para justificar su ausencia, su presencia o su uso en lugar de otro signo, se debe entender que su empleo rara vez es innecesario. Si alguna duda cabe, lee el siguiente par de oraciones y repara en el sentido distinto —y contrario— que toma cada una según la posición de la coma.
http://es.scribd.com/doc/79749124/Aplicacion-La-coma-I

La coma II

Coma sola y coma acompañada; de la primera se habló en el anterior capítulo, y de la segunda se hablará en este. De las primeras se dijo que iban solas, que no necesitaban de otras, pese a que bien podrían ir acompañadas en algunos casos. Las segundas —te adelantamos— van, generalmente, de a dos; aunque en ciertos casos solo va una.
http://es.scribd.com/doc/79749892

Los dos puntos, la raya y los paréntesis

No tendrán la transcendencia de la coma o del punto, pero los dos puntos, la raya y los paréntesis enriquecen al texto y, en consecuencia, delimitan dos tipos de escritores: los principiantes y los diestros. Evita, entonces, ser de los primeros, y toma nota de todo lo que se necesita saber de estos signos —y formar parte de los segundos—.
http://es.scribd.com/doc/79751823

Los otros signos

¿Comillas o cursivas? ¿Paréntesis o corchetes? ¿Mayúsculas o versalita ? Preguntas frecuentes para los exigentes, pero irrelevantes para los despreocupados; las cursivas, corchetes y versalitas (los otros por su marginalidad en el discurso escrito) tienen ciertas particularidades frente a las comillas, paréntesis y mayúsculas, aun cuando en más de un contexto el uso de uno o de otro signo sea indistinto.
http://es.scribd.com/doc/79752805

viernes, 4 de noviembre de 2011

Sobre algunos marcadores del discurso


Los marcadores, como se dijo en la entrada anterior, sirven para guiar la interpretación del lector. Así, por ejemplo, una oración del tipo Ximena es rubia, pero inteligente tiene un sentido distinto de Ximena es rubia e inteligente. En el primer caso, se considera que las rubias no son inteligentes, pero que Ximena es la excepción; en el segundo caso, entre ser rubia e inteligente no hay ninguna oposición; la valoración que se le da a ambos adjetivos (rubia e inteligente) es positiva. Por otro lado, aun cuando un aparte y un además son conectores de adición, en un texto formal se prefiere al segundo.

Además:
Este conector aditivo refuerza la información del primer miembro:
  • Merece su premio. Cumplió con sus tareas; además, hoy es su cumpleaños.

Entiéndase que no solo merece su premio por haber cumplido con sus tareas (razón suficiente), sino que se debe considerar su cumpleaños como segunda razón. Si se quiere enfatizar la idea de adición, es usual emplear el conector y para coordinar ambas oraciones:
  • Merece su premio. Cumplió con sus tareas y, además, hoy es su cumpleaños.

Encima:
De naturaleza semejante al conector además, encima es un marcador de uso más restringido al lenguaje oral. En este plano suele introducir argumentos con una mayor fuerza argumentativa (lo que explica el carácter de «excesivo» que le añade al nuevo argumento) y con un matiz de descontento:
  • Te espero con tu comida preferida y, encima, reniegas.

Contrario a lo que se puede esperar de una actitud servicial como la del emisor, el receptor, lejos de agradecer, manifiesta su disgusto. No obstante su uso cotidiano, se aconseja prescindir de él en los textos académicos:
  • [evita] Las mujeres no solo están obligadas culturalmente a cuidar a los hijos, sino que, encima, deben ser esposas ejemplares.
  • [prefiere] Las mujeres no solo están obligadas culturalmente a cuidar a los hijos, sino que, además, deben ser esposas ejemplares.

Aparte:
Vinculado más con lo oral que con lo escrito, este conector introduce un nuevo argumento que parece ser más que suficiente para justificar una posición.
  • Merezco una ficha de felicitación. No hice bulla ni me burlé de mis compañeros. Aparte, aprobé su curso.

La ficha de felicitación —que alega merecer el locutor— se justifica por dos razones: no haber hecho bulla ni desorden. No obstante, si esto no es suficiente, el emisor apela a otro argumento: haber aprobado el curso.
Al igual que encima, su uso se debe limitar al discurso oral:
  • [evita] Por otro lado, el aborto sentimental es completamente injusto, ya que el bebé no tiene la culpa de lo que le pasó a su madre. Aparte, abortar solo agudizaría el trauma.
  • [prefiere] Por otro lado, el aborto sentimental es completamente injusto, ya que el bebé no tiene la culpa de lo que le pasó a su madre. Además, abortar solo agudizaría el trauma.

Incluso
Adiciona un argumento en una escala argumentativa mayor al que precede, y que no estaba incluido dentro de las expectativas de inclusión.
  • Se molestó con los alumnos, incluso, con quienes eran sus preferidos.

Era previsible la molestia del profesor con sus alumnos, pero no con sus preferidos.

Es decir
El reformulador es decir se emplea como una paráfrasis del miembro anterior o como una consecuencia:
  • No le permitieron el ingreso, porque no tenía DNI; es decir, era menor de edad.

Explica de otra manera (ser menor de edad) la misma condición: no tener DNI.
Evita reemplazarlo por el o sea, marcador de uso oral:.
  • [evita] Keiko Fujimori es hija de un corrupto y cómplice de Montesinos; o sea, debemos votar por Ollanta.
  • [prefiere] Keiko Fujimori es hija de un corrupto y cómplice de Montesinos; es decir, debemos votar por Ollanta.

Pero
Conector típico de oposición, pero cancela las inferencias del miembro anterior:
  • Había un jugador adelantado, pero este no participó directamente de la jugada.

La conclusión inmediata que se desprende del primer enunciado «El gol debe anularse porque hubo un jugador adelantado» se cancela con el segundo miembro: «Este jugador adelantado no participó de la jugada; por tanto, el gol no puede ser anulado».

Resulta probable y válido que este conector vaya junto con otro, incluso, de su mismo tipo: El TLC favocerá a cierto sector empresarial, pero, sin embargo, afectará a otros. Este recurso traduce la entonación que ocurre en lo oral para enfatizar una objeción. Debe subordinarse, además, ante el sin embargo o el no obstante en caso se quiera conectar párrafos (cf. Montolío, 2009: 131).

Sin embargo
Luego del pero es el conector contraargumentativo más empleado. Este marcador elimina el «marco de expectativas» que el elemento previo anticipaba:
  • Era irresponsable, indisciplinado y perezoso; sin embargo, logró lo que otros no pudieron: ingresar a Católica..

Contrariamente a lo que se podría pensar de un alumno irresponsable, indisciplinado y perezoso; es decir, no ingresar a la universidad (entre otras posibilidades nada positivas de su «marco de expectativas»), este ingresó a una universidad de prestigio.

Este marcador tiene una gran movilidad oracional: bien puede ir al inicio del enunciado, en medio o al final:

a) Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada. Sin embargo, no es así.
b) Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada. No es, sin embargo, así.
c) Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada. No es así, sin embargo.

El conector no obstante es considerado por muchos investigadores como una variante estilística de sin embargo, aunque más culta y limitada al discurso escrito.


Por el contrario
Este conector contraargumentativo introduce un miembro contrario al anterior:
  • Su esposa estudia en una universidad privada de primer nivel, y él, por el contrario, en una nacional de provincia.

Por el contrario –en este ejemplo– marca un doble contraste entre dos enunciados: estudiar en una universidad privada y una nacional (primer contraste) y universidad de primer nivel y de provincia (segundo contraste).

A diferencia del conector en cambio —marcador de similar función, pero cuya oposición de contrariedad es menor—, puede, ocasionalmente, presentarse en estructuras como No me gustan las mujeres coquetas. Por el contrario, me incomodan; en estos casos, es notorio que el conector en cambio no encaja: No me gustan las mujeres coquetas. En cambio, me incomodan. Pero sí lo haría al hacer unos cambios: No me gustan las mujeres coquetas. En cambio, me agradan las sencillas.