viernes, 4 de noviembre de 2011

Sobre algunos marcadores del discurso


Los marcadores, como se dijo en la entrada anterior, sirven para guiar la interpretación del lector. Así, por ejemplo, una oración del tipo Ximena es rubia, pero inteligente tiene un sentido distinto de Ximena es rubia e inteligente. En el primer caso, se considera que las rubias no son inteligentes, pero que Ximena es la excepción; en el segundo caso, entre ser rubia e inteligente no hay ninguna oposición; la valoración que se le da a ambos adjetivos (rubia e inteligente) es positiva. Por otro lado, aun cuando un aparte y un además son conectores de adición, en un texto formal se prefiere al segundo.

Además:
Este conector aditivo refuerza la información del primer miembro:
  • Merece su premio. Cumplió con sus tareas; además, hoy es su cumpleaños.

Entiéndase que no solo merece su premio por haber cumplido con sus tareas (razón suficiente), sino que se debe considerar su cumpleaños como segunda razón. Si se quiere enfatizar la idea de adición, es usual emplear el conector y para coordinar ambas oraciones:
  • Merece su premio. Cumplió con sus tareas y, además, hoy es su cumpleaños.

Encima:
De naturaleza semejante al conector además, encima es un marcador de uso más restringido al lenguaje oral. En este plano suele introducir argumentos con una mayor fuerza argumentativa (lo que explica el carácter de «excesivo» que le añade al nuevo argumento) y con un matiz de descontento:
  • Te espero con tu comida preferida y, encima, reniegas.

Contrario a lo que se puede esperar de una actitud servicial como la del emisor, el receptor, lejos de agradecer, manifiesta su disgusto. No obstante su uso cotidiano, se aconseja prescindir de él en los textos académicos:
  • [evita] Las mujeres no solo están obligadas culturalmente a cuidar a los hijos, sino que, encima, deben ser esposas ejemplares.
  • [prefiere] Las mujeres no solo están obligadas culturalmente a cuidar a los hijos, sino que, además, deben ser esposas ejemplares.

Aparte:
Vinculado más con lo oral que con lo escrito, este conector introduce un nuevo argumento que parece ser más que suficiente para justificar una posición.
  • Merezco una ficha de felicitación. No hice bulla ni me burlé de mis compañeros. Aparte, aprobé su curso.

La ficha de felicitación —que alega merecer el locutor— se justifica por dos razones: no haber hecho bulla ni desorden. No obstante, si esto no es suficiente, el emisor apela a otro argumento: haber aprobado el curso.
Al igual que encima, su uso se debe limitar al discurso oral:
  • [evita] Por otro lado, el aborto sentimental es completamente injusto, ya que el bebé no tiene la culpa de lo que le pasó a su madre. Aparte, abortar solo agudizaría el trauma.
  • [prefiere] Por otro lado, el aborto sentimental es completamente injusto, ya que el bebé no tiene la culpa de lo que le pasó a su madre. Además, abortar solo agudizaría el trauma.

Incluso
Adiciona un argumento en una escala argumentativa mayor al que precede, y que no estaba incluido dentro de las expectativas de inclusión.
  • Se molestó con los alumnos, incluso, con quienes eran sus preferidos.

Era previsible la molestia del profesor con sus alumnos, pero no con sus preferidos.

Es decir
El reformulador es decir se emplea como una paráfrasis del miembro anterior o como una consecuencia:
  • No le permitieron el ingreso, porque no tenía DNI; es decir, era menor de edad.

Explica de otra manera (ser menor de edad) la misma condición: no tener DNI.
Evita reemplazarlo por el o sea, marcador de uso oral:.
  • [evita] Keiko Fujimori es hija de un corrupto y cómplice de Montesinos; o sea, debemos votar por Ollanta.
  • [prefiere] Keiko Fujimori es hija de un corrupto y cómplice de Montesinos; es decir, debemos votar por Ollanta.

Pero
Conector típico de oposición, pero cancela las inferencias del miembro anterior:
  • Había un jugador adelantado, pero este no participó directamente de la jugada.

La conclusión inmediata que se desprende del primer enunciado «El gol debe anularse porque hubo un jugador adelantado» se cancela con el segundo miembro: «Este jugador adelantado no participó de la jugada; por tanto, el gol no puede ser anulado».

Resulta probable y válido que este conector vaya junto con otro, incluso, de su mismo tipo: El TLC favocerá a cierto sector empresarial, pero, sin embargo, afectará a otros. Este recurso traduce la entonación que ocurre en lo oral para enfatizar una objeción. Debe subordinarse, además, ante el sin embargo o el no obstante en caso se quiera conectar párrafos (cf. Montolío, 2009: 131).

Sin embargo
Luego del pero es el conector contraargumentativo más empleado. Este marcador elimina el «marco de expectativas» que el elemento previo anticipaba:
  • Era irresponsable, indisciplinado y perezoso; sin embargo, logró lo que otros no pudieron: ingresar a Católica..

Contrariamente a lo que se podría pensar de un alumno irresponsable, indisciplinado y perezoso; es decir, no ingresar a la universidad (entre otras posibilidades nada positivas de su «marco de expectativas»), este ingresó a una universidad de prestigio.

Este marcador tiene una gran movilidad oracional: bien puede ir al inicio del enunciado, en medio o al final:

a) Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada. Sin embargo, no es así.
b) Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada. No es, sin embargo, así.
c) Podría pensarse que tomamos una decisión equivocada. No es así, sin embargo.

El conector no obstante es considerado por muchos investigadores como una variante estilística de sin embargo, aunque más culta y limitada al discurso escrito.


Por el contrario
Este conector contraargumentativo introduce un miembro contrario al anterior:
  • Su esposa estudia en una universidad privada de primer nivel, y él, por el contrario, en una nacional de provincia.

Por el contrario –en este ejemplo– marca un doble contraste entre dos enunciados: estudiar en una universidad privada y una nacional (primer contraste) y universidad de primer nivel y de provincia (segundo contraste).

A diferencia del conector en cambio —marcador de similar función, pero cuya oposición de contrariedad es menor—, puede, ocasionalmente, presentarse en estructuras como No me gustan las mujeres coquetas. Por el contrario, me incomodan; en estos casos, es notorio que el conector en cambio no encaja: No me gustan las mujeres coquetas. En cambio, me incomodan. Pero sí lo haría al hacer unos cambios: No me gustan las mujeres coquetas. En cambio, me agradan las sencillas.

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